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Entre las posibilidades que ofrece la logística, el transporte internacional ocupa, sin duda, un lugar fundamental para la viabilidad de una empresa. Es una de las formas más usadas para realizar todo tipo de operaciones comerciales, especialmente, en mercados alejados como pueda ser el asiático o el continente americano. Esto explica la importancia de contar con una buena red de transporte en una empresa internacional.

En los últimos tiempos, el transporte está cobrando una relevancia sin precedentes en todas sus modalidades para las empresas de transporte internacional, especialmente, en el despacho de productos terminados a los clientes finales. El más utilizado es el transporte por carretera, porque combina la flexibilidad y la capacidad de dar un buen servicio al cliente.

Una oportunidad para las empresas de transporte internacional

La cadena de suministro requiere del transporte internacional. Como operador logístico, se trata de una pieza importante dentro del puzle que supone la cadena logística internacional. 

Del transporte internacional dependerá la entrega en el momento y el sitio pactado de la mercancía, además de cumplir otras condiciones como la precisión, la fiabilidad de la entrega, la eficiencia y la flexibilidad, en el caso de que se produjeran cambios de última hora.

Una buena red de transporte ofrece muchas posibilidades a una empresa internacional. Podemos definir el transporte internacional como la operación de tránsito aduanero mediante la cual se realiza el transporte de mercancías o personas entre diferentes países

Dicho de otro modo, es la manera de traslado que se hace entre lugares remotos, países lejanos y cuya carga, materiales y productos transportados están sometidos a actividades legales y de control, como la actividad aduanera.

Desde el punto de vista de la logística, el transporte hace referencia al movimiento de la carga en todos sus modos, ya sea aéreo, marítimo o terrestre, mediante los cuales se trasladan insumos, materias primas y productos terminados de un punto a otro, según la planificación de la demanda.

Tres variables fundamentales

Los diferentes tipos de transporte dependen de tres variables principales: la distancia que hay entre el origen y el destino, la oferta y el destino final del transporte. En cuanto a la primera variable, es clave, porque la distancia que haya entre un punto y otro define el nivel de servicio deseado y la elección de la forma de transporte.

En cuanto a la oferta de transporte, presenta cambios en las redes de transporte en función del país. Por ejemplo, en España existe una preferencia a usar el camión frente al ferrocarril. Alrededor del 94% de las mercancías, sobre todo a nivel nacional, se transportan en camión, a pesar de la liberalización del ferrocarril. 

Ese porcentaje desciende un poco en el conjunto de la Unión Europea, hasta el 75%, lo que demuestra que sigue siendo principal el transporte por carretera para trasladar mercancías, si bien el ferrocarril tiene un peso más importante con cerca del 17%, según los datos de Eurostat. 

Hay que destacar que en Europa existe una apuesta clara por utilizar ambas modalidades para combinar diferentes modos de transporte y, así, obtener los mejores resultados tanto en costes como desde el punto de vista medioambiental.

Por último, en lo que respecta al destino final del transporte, definiremos el tipo de transporte que vamos a usar dependiendo del país o ciudad demandante. No es lo mismo una ciudad con una infraestructura portuaria muy desarrollada, en la que convergen todos los destinos navieros, que otra con una red de transporte ferroviario o por carretera potente, con la que realizar despachos entre países. En el segundo caso, la mayoría de los orígenes y destinos de las mercancías se harán a través de camiones o ferrocarriles.

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